Tras años de perseguir su sueño, el arqueólogo Howard Carter logra hallar la tumba del faraón Tutankamón en el año 1922.

Ibrahim, uno de los hombres que trabajan en la excavación, no se alegra del hallazgo ya que supone el cumplimiento de una amenaza que pone en peligro a su familia, en especial a su pequeño hijo Ahmed. El día que Ahmed cumple 9 años, su abuelo Mohamed le hace un regalo muy especial: unas sandalias que según él pertenecieron a Tutankamón. ¿Es posible? El abuelo asegura que sí, que a través de los siglos fueron pasando de generación. Y que es un secreto que debe guardar.

En cierta manera la vida de Ahmed y del faraón niño, guardan cierto paralelismo. Ambos eran huérfanos de madre y niños enfermizos. Quizá sea por las historias que el abuelo le cuenta, pero Ahmed está fascinado por el Antiguo Egipto. Y más ahora que se ha descubierto la tumba que, por otra parte, el abuelo siempre ha creído que estaba allí.

Una novela basada en hechos reales que se desarrolla en Egipto durante dos épocas: el año 1922, el año del descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón por Howard Carter, y el siglo XIV a.C., durante la XVIII dinastía, en tiempos de Tutankamón.

Una propuesta para el lector: podrá leer la novela en el orden en el que
aparece, o bien escoger leer primero los capítulos impares y
posteriormente los pares, o al revés.

«...Porque matáis a vuestros hermanos, quieran los cielos que mueran vuestros hijos sin dejar descendencia?»
Esta inquietante profecía dio lugar a una de las venganzas más terribles jamás urdidas. A finales del siglo XIV, y tras la muerte en extrañas circunstancias del rey Juan I sin heredero varón, coincidieron tres mujeres decididas a lograr el poder a toda costa.
Alianzas, conjuras, brujería? nada las iba a detener a la hora de hacerse con una corona que en justicia les correspondía, pero que les estaba vetada por su condición femenina. Sibila de Fortià, madrastra de Juan I; Violante de Bar, tan hermosa y culta como soberbia, y María de Luna, sensata pero de firme carácter, llevaron las riendas de la política en un mundo presidido por hombres. De fondo, un personaje pérfido y siniestro movido por el rencor pondrá en jaque a todo un reino.
 
La ambición desmedida, el odio, el crimen y el amor guiarán las vidas de unos personajes inolvidables.

La Rose, una noia irlandesa de setze anys, estava ben decidida a anar-se?n de casa i viure amb el seu xicot, en George. No s?entenia amb la seva mare i molt menys amb el seu padrastre, un home violent que maltracta la seva mare. Però un fet va capgirar la seva decisió. Tot just havia començat l?estiu que va ser conscient que s?havia de quedar per protegir la Greta, la seva germana petita.
Aficionada al cinema, al qual la seva mare és una addicta compulsiva, comprovarà que, a la vida real, les coses no passen com a les pel·lícules. Tot i així, aquells dos mesos d?estiu que va passar la Rose, trepidants i perillosos, van ser de pel·lícula.

La Sol és una noia gitana de Gràcia que té el cor dividit entre l'estima per les tradicions seculars del seu poble i l'apassionat desig
d'independència que aquestes mateixes tradicions sovint li neguen. A conflicte que viu la sol, aviat s'hi sumarà un nou enfrontament, ara entre la seva Barcelona popular i la que encarna un noi, en Sergi, de casa bona. Mons diferents conviuen en una ciutat... I en una ànima. Una esplèndida seqüela de "Foc al cor".

L'Oscar viu en un barri benestant de Barcelona, envoltat de comoditats, però en conflicte constant, a casa amb el seu pare i a l'escola amb els professors. Un dia decideix fer amistat amb l'Antonio, un noi gitano que neteja els parabrises dels cotxes en un semáfor. L'Oscar no s'imagina que, a partir d'aleshores, la seva vida i la de l'Antonio mai més no tornaran a ser com abans.

Colección Nuestra Cocina. 21x17. Libro de cocina muy ilustrado con fotografías y láminas en color y a toda página. 192 pp. Biblioteca Metropoli. Ediciones Ciro. Madrid, 2004.
Al margen de modas, resistiendo incluso el empuje destructivo del turismo de masas, dispuesto a convencerse de que en Cataluña sólo se comían costillas de gigantescos corderos, recubiertas por allioli, a lo largo de toda la costa seguían cocinándose los platos típicos de la cocina marinera: suquets en el norte y rossejats hacia el sur. quedaba, entre ambas tradiciones, una tierra que no era de nadie, sino de muchos, un área urbana en la que imperaba la zarzuela, el gran suquet de los barceloneses ricos, mientras que en los alrededores aparecía o se recreaba una nueva identidad en forma de xató.